
María Quintana tiene solo 13 años y ha conseguido ser la portada de la revista, una gran emoción que comparten sus amigos y familiares
María Quintana admite que siente las clásicas mariposas en el estómago cuando piensa en lo que le espera en la Expo de Quinceañera del Valle de San Fernando. Al fin y al cabo, es la primera vez que se tiene que enfrentar con una tarea semejante, con su bautismo social, como quien dice. Allí le esperarán cientos de niñas para hacerse la foto con ella y una gran cantidad de expositores que inaugurarán la primera expo del año.
Es una presión importante para una joven de 13 años que logró imponerse a otras candidatas a la portada de Quinceañera por votación, haciendo fuerza en las redes sociales para hacerse con un honor que es la primera vez que le sucede en la vida. «Estoy muy feliz de haber conseguido algo así», dice con voz tímida en una conversación telefónica, a ratos en inglés y otras en español, demostrando que conserva las raíces con las que se ha criado en su casa de Los Angeles.
En el Valle de San Fernando vive con sus padres y sus abuelos, que pese a haber venido desde México hablan también en inglés con ella cuando hace falta. «Puedo mantener una conversación en español, pero prefiero hablar en inglés», admite, la lengua que ha aprendido a dominar tras años en California y el roce lógico con sus compañeros de colegio.

Maria Quintana en la expo de Quinceañera en el Valle de San Fernando.
Fue un proceso hasta cierto puento sencillo para una chica nacida en la capital de México, en el Distrito Federal, aunque se trasladó con su familia a Los Angeles siendo muy pequeña. Ahora, esta es su casa pero no se olvida de mantener las tradiciones familiares como la fiesta de Quinceañera, que ya está planeando con sus padres.
Dice que sueña con algo más o menos grande, con unas 200 ó 300 personas, entre familiares y amigos, aunque no descarta tampoco el hacer dos fiestas para poder atender a sus amistades y luego hacer algo más íntimo con su familia. Depende del presupuesto, algo siempre a tener en cuenta para una tradición que suele rondar los 20.000 dólares de media entre las familias latinas.
«No me preocupa mucho porque creo que contaré con la ayuda de mis padres, de mis tías y probablemente mis tíos, además de mi padrino», explica tratando de no dejarse a nadie por fuera. «No me preocupa porque si no tenemos mucho dinero, podemos hacer un fiesta más pequeña».
Sabe que quiere un vestido que tenga que ver con mariposas, el tema que ha elegido para su celebración, quizá un naranja pálido que contraste con su color de piel. Pero las opciones siguen abiertas.
Mientras tanto, se concentra en sus estudios, asistiendo a un colegio público en el Valle de San Fernando donde considera que le van bien las cosas. «Escucho a todos mis profesores y suele dar muchas respuestas correctas cuando me preguntan», explica, sin que tenga claro aún que le gustaría ser cuando sea más mayor.
Además de estudiar, le gusta mucho cantar, bailar y «hacer cosas graciosas cuando no están mis padres», sin entrar en más detalles. También sabe lo que es ayudar en casa y ganarse su dinerito, algo que está consiguiendo cuidando niños.
Sobre las posibilidades de explotar sus momentos de fama con la portada de Quinceañera, dice que es algo que no esperaba para nada y que de momento solo quiere disfrutar de lo que vaya a venir.
Sabe que sus amigas y familiares están muy orgullosos por lo que ha logrado y espera poder hacer más sesiones fotográficas como la que ya tuvo para esta portada.
«Al principio no me lo creía, pero después estaba muy emocionada. Es la primera vez y por eso estoy feliz».